No hay excusa para que los más pequeños disfruten de una caída libre como la del Vuelo del Fénix. Sus 6 metros de altura son suficientes para causar una emoción insuperable en los niños. Además, no pueden pasar por esta atracción sin hacerse una foto aprovechando su diseño, que incluye lanzas y cascos que parecen haberse escapado de las cabezas de los pequeños guerreros.